El alma se sincroniza con la aproximación del Sol a la Tierra y, junto con la transformación que experimenta la propia Naturaleza, el hombre se siente renacer. El grado de celebración, esperanza y optimismo dependerá de la lealtad hacia el mito, sin embargo no existe ser que no le de lugar alguno, sin querer queriendo,relevancia a la primavera.
La semántica afirma que la primavera es una primera-vista de algo. Ver con nuevos ojos, rever, renovarse, renacer.
La humanidad moderna adoptó el inicio de la primavera como una oportunidad de cambio, de alcanzar la felicidad.
La mitad del mundo florece y consigo la humanidad entera cambia el humor.
Aire fresco, pequeño destello de sol que se aproxima. Calor en el cuerpo. Árboles que crecen dando inicio a nuevas vidas. Flores que deslumbran, decoran y encantan por doquier. Quizás la descripción más simple de la primavera.
Pero… esta etapa del año es más que una estación. Es un nuevo despertar, es un empuje hacia la vida misma. Es darle una oportunidad aquello que atemoriza, aquello que paraliza. Que el frío que impedía caminar eternamente se corra a un lado y de pasaje al calor que brinda energías.
Quizás pueda resultar absurdo hablar con tanta compenetración de un pasaje natural. Pero, esta etapa tiene una razón de ser más profunda de lo que nos podemos imaginar…
21 de septiembre. María se levanta de la cama con cierto humor, alegría al ver la luz del día. Luego de largas horas y un poco de cansancio se dirige a su hospital. Entre paso y paso de di cuenta del día, inicio del renacer de las flores.
No lo dudó ni un segundo. Compró un ramo. Cada flor tenía un color diferente, un aroma especial. Pero todas tenían una promesa por cumplir un despertar. A ese ramo le faltaba la rosa, su rosa.
Entró a la habitación, y lo primero que hizo fue acercarle el ramo. Rose estaba durmiendo. Había sido una semana difícil, mucho cansancio y dolor, tras dos operaciones entre lunes y viernes.
María le puso las flores en agua. Tenían un perfume que ya se había impregnado en toda la habitación. Esperó una hora hasta que se levantara. Pero no había respuestas. Eran las nueve de la noche, tiempo de volver a casa.
De repente se cayó un pétalo arriba de la cara de Rose. Instantáneamente abrió los ojos. Agarró el pétalo con sus manos y sonrió. Por primera vez, en mucho tiempo Rose sonreía. Con luz en sus ojos, con sonido a risas. Todo era real, era mágico.
Despertó, despertar de primavera. Así dio inicio a su florecer, dio reinicio a su vida. Dejó de lado la posibilidad de marchitar y mostró una vez más ser la rosa intacta del jardín. Con espinas, con pétalos dañados, pero con ganas de seguir creciendo.
Quizás es una lección más de ella. Enseñando que todos somos flores de un gran jardín. Donde a veces nos falta luz, pero nos desborda oxígeno para vivir. Tal vez, Rose, no es el ejemplo de rosa perfecta, pero sí es insignia de un despertar continuo a la primavera.
Buenas noches despertar,
Buenas noches Rose,
Despertar de primavera 